No puede quedar inadvertido
el firmamento ni el océano,
cuando alguien se sienta a su lado
para pensar junto a él.
Muchas veces cuando nos acordamos de alguien,
el mar es nuestro amigo...
Solo necesito un abrazo
y un susurro al oído que me diga:
"Todo saldrá bien"
Tampoco es tanto...¿no?
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