Si todos aprendiésemos a decir las cosas en un tono cordial, respetando nuestras emociones sin incurrir en reproches y ofensas con nuestro interlocutor, el bienestar emocional sería alcanzado por ambas partes.
No es lo mismo decir "No quiero saber nada más de ti" que decir "Siento que no nos entendemos, cada uno tiene sus motivos, por lo que quizás seremos felices si seguimos el camino por separado".
"ANTE UN ATAQUE, UNA DEFENSA. ANTE UNA PALABRA AFABLE, UNA REFLEXIÓN"
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