“Cuando Roma extendió su imperio sobre todo el Mediterráneo y parte de Europa Occidental, se tuvo cuidado de eliminar todo lo que pudiese desafiar su organización sociocultural. Esto es evidente en los países celtas: los romanos persiguieron a los druidas hasta que desaparecieron de la Galia y, posteriormente, de Británica. Los druidas representaban una amenaza absoluta para el estado romano, porque su ciencia y filosofía contradecían peligrosamente la ortodoxia romana.
Los romanos eran materialistas, los druidas espirituales. Para los romanos, el estado era una estructura monolítica extendida sobre territorios deliberadamente organizados en una jerarquía. Para los druidas era un orden moral libremente aceptado con una idea central completamente mítica. Los romanos basaban su ley en la propiedad privada de la tierra, con derechos de propiedad enteramente concentrados en el cabeza de familia, mientras que los druidas siempre consideraron la propiedad como algo colectivo. Los romanos consideraban a las mujeres portadoras de nimios y objetos de placer, mientras que los druidas incluían a las mujeres en su vida política y religiosa.
por el viento que cuela entre sus hojas meciéndolas
y el fuego que despierta en la fricción de sus ramas
que se elevan hacia el cielo infinito,
los druidas contemplamos en el árbol
la esencia del mundo."
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