(Ilustración de Lina Dudaite)

viernes, 27 de agosto de 2010

¡Y queríamos tanto encontrar las palabras exactas que amenizaran el sufrimiento, que proporcionaran consuelo inmediato, que anestesiaran o curaran de una vez!

Y entonces, en el instante exacto, las palabras mueren.
Pero existe un secreto:
¡Los gestos hablan!
Un beso habla.
Una caricia es una voz dulce y suave.
Una presencia, aún en silencio, dice.
Un abrazo habla muy alto.
¡Una mirada sincera dice mucho!
Una mano que toma las manos habla como varias bocas y centenares de corazones...
Cuando las palabras rehúsen a salir de ti, habla con gestos. Podrán comprenderte.





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