(Ilustración de Lina Dudaite)

viernes, 10 de septiembre de 2010

Cuenta la tradición judía que un día un rabino
preguntó a sus discípulos cómo es posible saber
cuándo la noche llega a su fin y el día amanece. Uno de ellos dijo: «Cuando se puede distinguir una oveja de un perro». El maestro le contestó que ciertamente ésa era una respuesta correcta, pero que había otra más acertada. Otro discípulo respondió: «Cuando podemos distinguir una higuera de un olivo». El rabino aseguró que tampoco era ésa la respuesta que él estaba esperando. «Entonces, ¿cuándo?», preguntaron los discípulos. Y entonces el rabino sugirió
«Cuando miramos un rostro desconocido, el de un extraño, y vemos que es nuestro hermano. En ese momento ha amanecido».





1 comentario:

  1. Me encanta la última frase y la verdad, estoy de acuerdo con ella, amanece cuando nos reconocemos como hermanos, porque seamos de donde sea, siempre hay algo en común, algo que compartir y algo que aprender.

    Me ha encantado la entrada, es para leer y releer, para reflexionar sobre ella y comentarla con la gente de nuestro alrededor.

    Besos............Leo

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